viernes, 8 de mayo de 2009

Subasta de chicas en una discoteca de Granada

Una discoteca de Granada organizó el día 25 de abril una fiesta para adolescentes menores de edad en la que, para atraer a los clientes, se simulaba una subasta en la que los chicos debían pujar por las chicas con billetes del Monopoly. “Si estás soltera, subástate. Si estas soltero puja”. Ese era el lema de fiesta.
Los ganadores de la puja tenían derecho a pasar quince minutos en uno de los palcos del establecimiento con la subastada. El singular festejo formaba parte de las denominadas fiestas light que la discoteca organiza hasta las ocho de la tarde para chavales entre 14 y 18 años y en las que, según la empresa, no se sirve alcohol y está prohibido el tabaco. La idea de la subasta provino de un grupo de colaboradores que ya ha organizado otras convocatorias parecidas, como una sesión en la que las chicas con minifalda tenían derecho a una consumición gratis.
De la celebración de estas fiestas, dirigidas a menores a partir de los 12 años y en las que no se sirve alcohol, tuvo conocimiento la Concejalía de Bienestar Social e Igualdad de Oportunidades de Granada durante uno de los talleres que organiza en institutos para formar en valores. Uno de los chicos que asistía al taller dio a conocer la publicidad distribuida por la discoteca, en la que se convocaba a una fiesta a celebrar a partir de las 18.00 del pasado 25 de abril.
La divulgación de la fiesta ha provocado indignación en casi todos los sectores: jueces de menores, Fiscalía (que ha abierto una investigación), el Instituto de la Mujer, el Defensor del Pueblo y el Ministerio de Igualdad, y en todas la personas que creemos en la igualdad de género. La discoteca, por su lado, asegura que era un "puro divertimento".
La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, ha declarado que es un acto "lamentable, sexista, rancio y caduco; propio de otras épocas". Eso mismo creemos en nuestro centro, que es un acto machista, degradante, lamentable, triste e intolerable. No se puede tolerar en una sociedad en la que la humillación, el envilecimiento, el machismo y la intransigencia se rebelan a diario como causas de conductas inapropiadas, algunas de ellas de extrema gravedad. La igualdad entre las personas, el respeto mutuo y el desprecio de una mercantilización que ocupa casi todos los ámbitos de la vida deben ser valores fundamentales en la educación de nuestros jóvenes. Fomentar entre los adolescentes, aunque sea con el fin de la diversión, valores contrarios constituye un acto grave. La educación de los jóvenes nos incumbe a todos.

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